Los 11 restaurantes para grupos de Santiago de Compostela

La experiencia gastronómica en Galicia ha sido simplemente inigualable. Desde el primer bocado, quedamos maravillados por la calidad de los platos, destacando una espectacular parrillada de pulpo y carne que nos dejó sin aliento. Las croquetas, crujientes y llenas de sabor, son un verdadero deleite. El servicio fue excepcional, con dos encantadoras camareras que nos hicieron sentir como en casa. Cada platillo, desde los irresistibles huevos rotos hasta el churrasco, se convirtió en una celebración de sabores que nos dejó deseando más. Sin duda, este lugar se ha ganado un lugar especial en nuestros corazones.



No hay que subestimar la importancia de reservar con antelación, ya que el local se llena rápidamente. La atmósfera es tranquila y acogedora, ideal para disfrutar de una buena comida. Al llegar, nos sorprendieron con un delicioso aperitivo de ibéricos que abrió el apetito. Elegí este restaurante por sus excelentes reseñas y, a pesar de la espera, cada minuto valió la pena. Las almejas a la marinera son un verdadero espectáculo que no puedes dejar de probar. ¡Regresaremos sin dudarlo!

Descubre un rincón excepcional en Santiago, donde la calidad y el trato se elevan a la categoría de arte. Cada vez que regreso de mi peregrinaje por el Camino de Santiago, este restaurante se convierte en mi parada obligada. Aquí, la frescura de los ingredientes brilla en cada plato, desde la carne jugosa hasta el pulpo tierno y los mariscos irresistibles. La atención del personal es impecable, haciendo que cada visita sea una experiencia memorable. Aunque el local puede estar lleno, lo que refleja su popularidad, la espera se ve recompensada con tapas deliciosas que te harán olvidar el tiempo.



Ubicado en el corazón de la ciudad, este restaurante captura la esencia de Santiago. A pesar de la multitud, su ambiente vibrante y el bullicio del lugar añaden un toque especial a la velada. Las raciones son generosas y cada bocado es un deleite para el paladar. Aunque el espacio puede parecer algo abarrotado, la calidad del servicio y la oferta culinaria justifican la experiencia. Ven y déjate seducir por una explosión de sabores que te hará querer volver una y otra vez.

Nuestra última velada en Santiago de Compostela fue un verdadero festín en el Restaurante San Clemente, donde cada plato se convirtió en una experiencia memorable. Las Vieiras San, un deleite para el paladar, brillaron en un menú cerrado que superó todas nuestras expectativas. Vicente, nuestro atento servidor, se aseguró de que cada momento fuera perfecto, mientras disfrutábamos de una comida de calidad excepcional y porciones generosas. El encanto del lugar, combinado con un servicio impecable, lo convierte en un destino obligado para cualquier amante de la buena gastronomía.



El ambiente tranquilo y acogedor del restaurante nos envolvió, creando el escenario ideal para compartir con amigos. La agilidad del servicio fue notable, permitiéndonos disfrutar sin prisas de cada bocado. Entre los destacados, las croquetas de chorizo y la mariscada nos dejaron sin palabras. Además, la atención a los celíacos es un gran plus, ya que casi todo el menú es apto para ellos. Sin duda, San Clemente es un lugar al que deseamos regresar y seguir explorando sus delicias.

¡Una experiencia culinaria que no te puedes perder! Este mesón, que evoca la esencia de los lugares tradicionales, se erige como el mejor destino gastronómico en Galicia. Desde el delicioso pulpo hasta el exquisito rabo de toro, cada plato es una celebración de sabores que te dejará sin aliento. Los pimientos y la ensaladilla son simplemente irresistibles, y el servicio es excepcional, con una rapidez que sorprende; tu comida llegará a la mesa en un abrir y cerrar de ojos. Y no te vayas sin deleitarte con su flan, un verdadero capricho que cierra con broche de oro esta experiencia.



La calidad de los platos y la atención al cliente son dignas de aplauso. Nos sorprendió la generosa porción de calamares, perfecta para compartir entre amigos, y cada bocado fue un festín para los sentidos. La relación calidad-precio es inmejorable, lo que convierte a este lugar en una joya escondida. Desde el momento en que llegamos, el camarero nos hizo sentir como en casa, ofreciéndonos recomendaciones que elevaron nuestra cena a otro nivel. Sin duda, salimos con una sonrisa y el deseo de volver. ¡Altamente recomendado!

¡Descubre un rincón gastronómico en Santiago que te dejará sin aliento! A pesar de llegar un sábado a las 23:00, el personal nos recibió con una sonrisa y una atención excepcional. La carta, repleta de platos bien elaborados y una variedad que satisface todos los paladares, hizo que cada bocado fuera una experiencia deliciosa. Desde el ambiente acogedor hasta la presencia encantadora de un lord inglés gallego, cada detalle promete una velada inolvidable.



Ubicado en Santa Marta, este local moderno es perfecto para disfrutar de unas tapas con amigos o una cena formal. La combinación de un servicio amable y un entorno atractivo garantiza una experiencia memorable. Si buscas un lugar donde la calidad y la atención se unan en perfecta armonía, no busques más. ¡Este es el destino ideal para los amantes de la buena comida!

La experiencia en Casa Marcelo es un viaje sensorial que comienza desde el momento en que cruzas su enigmática entrada. El equipo, desde el jefe de cocina hasta el sumiller, se muestra excepcionalmente atento, asegurándose de que cada detalle se cuente en tu experiencia. La barra, situada frente a la cocina, te permite ser testigo del arte culinario en acción, mientras disfrutas de un menú de ocho actos que se adapta a tus preferencias. Cada plato es una obra maestra, diseñada para deleitar y sorprender.



Sumérgete en un festín de sabores con un maridaje que realza la riqueza de cada bocado. Desde la presentación hasta la explosión de sabores, cada pase es un deleite, equilibrando lo potente con lo exquisito. Casa Marcelo no solo ofrece una comida impresionante, sino también un ambiente original y divertido que convierte cada visita en una celebración de la gastronomía. ¡No te pierdas esta experiencia única que hará vibrar tus sentidos!

Descubre O Sendeiro, un rincón gastronómico excepcional en Santiago de Compostela que se convierte en el escenario perfecto para momentos inolvidables, como nuestra celebración familiar de Navidad. Este restaurante, una joya oculta, ofrece un ambiente cálido y acogedor que invita a disfrutar de una experiencia culinaria única. El menú degustación superó todas nuestras expectativas, destacando la calidad insuperable de sus productos y el esmero en cada detalle.



Cada plato es una obra maestra, y las croquetas son simplemente espectaculares: las de chocos y las de castañas de Quiroga con chorizo son un deleite que sorprende con su potente sabor. Además, el sashimi de vieira y el pulpo laminado ofrecen un viaje sensorial que no querrás perderte. O Sendeiro no es solo un restaurante, es una celebración de la gastronomía que dejará huella en tu paladar.

Cada vez que aterrizamos en Santiago, este restaurante se convierte en nuestra parada obligatoria. La calidad de sus productos es excepcional y el servicio, simplemente magnífico. En esta ocasión, nos deleitamos con mejillones impresionantes, almejas a la plancha que estallaban de sabor y navajas que nos dejaron sin aliento, todo ello antes de un rodaballo exquisito que elevó nuestra experiencia culinaria. Con un costo de 90€ por persona, cada bocado justificó la inversión.



Este rincón gastronómico es altamente recomendable. El personal es sumamente atento y la decoración crea un ambiente encantador. Además, la mayoría de sus postres son caseros, un detalle que conquista a cualquier amante de la buena comida. Sin duda, una experiencia genial que nos hace querer regresar. Aunque el aparcamiento es complicado, la cercanía a la catedral lo convierte en un destino perfecto para un día en Santiago.

Si buscas una experiencia culinaria inolvidable en Santiago de Compostela, no puedes dejar de visitar el Restaurante Codex. Desde el momento en que cruzas la puerta, te envuelve un ambiente acogedor y un servicio excepcional. Diego Armando, nuestro atento camarero, hizo que nuestra cena fuera un verdadero placer, brindándonos recomendaciones acertadas y una atención personalizada que superó nuestras expectativas. Viajar con una bebé inquieta puede ser un desafío, pero su entusiasmo y amabilidad transformaron nuestra velada en una experiencia memorable.



La cena fue un festín para los sentidos: una exquisita mariscada, chocos frescos, ostras jugosas y un pulpo con queso que simplemente te dejará sin palabras. Cada plato es una celebración de los sabores locales, cuidadosamente elaborados para deleitar tu paladar. Jesús, otro miembro del equipo, se mostró siempre atento y servicial, asegurándose de que cada detalle estuviera a la altura. Sin duda, volveremos pronto para disfrutar de esta joya gastronómica y del calor humano que la caracteriza.

El servicio en este restaurante es una experiencia que deleita todos los sentidos, con un equipo amable y eficiente que se asegura de que cada momento sea especial. Comenzamos con una tortilla de grelos y gambas, que aunque un poco sosa, no opacó la exquisitez de las croquetas de gambas, ¡un verdadero manjar! Cada bocado refleja la rica historia de más de 100 años de tradición, donde la dedicación y la calidad de los ingredientes brillan con luz propia.



Con un ambiente acogedor y un dueño siempre atento, es recomendable hacer una reserva, especialmente si vienes desde Pontevedra. La variedad de platos, tanto de carne como de pescado, es un festín para el paladar, y la copa de langostinos, con su impresionante presentación, se convierte en un must. Además, el restaurante ofrece un amplio aparcamiento y un esmerado diseño en sus comedores, haciendo de cada visita una experiencia memorable.

Nuestra primera visita a este aclamado restaurante fue impulsada por su reputación en el boca a boca y las excelentes reseñas que lo rodean, y la suerte de tenerlo tan cerca de casa fue un aliciente irresistible. Aprovechando la visita de la familia, decidimos darnos un homenaje culinario. Si bien el pulpo y las zamburiñas conquistaron nuestros paladares, el arroz con bogavante dejó un sabor agridulce; su textura un tanto dura y la falta de ese característico sabor a marisco no hicieron justicia al precio de 50 €. Cuando pagamos esa cantidad, esperamos que cada bocado sea una experiencia sublime.



Sin embargo, la experiencia en El Puente fue una grata sorpresa que superó nuestras expectativas. La calidad de los ingredientes brilla en cada plato, y la amabilidad y profesionalidad del personal hacen que cada visita sea memorable. Los precios son justos y reflejan la excelencia del servicio y la comida. Sin duda, un lugar donde la gastronomía se convierte en un verdadero festín para los sentidos. ¡Una experiencia simplemente espectacular que no querrás perderte!