Los 12 tapas de Ciudad Vieja

Descubre uno de los tesoros ocultos de A Coruña, un bar con historia que resplandece con un ambiente vibrante y lleno de vida. Este lugar, famoso por sus tapas irresistibles y su constante afluencia de visitantes, es un punto de encuentro que no puedes perderte. Aunque no puedes hacer reservas, la experiencia de llegar temprano y sumergirte en la energía del local es parte de su encanto. Aquí, la gastronomía se disfruta de pie, rodeado de risas y conversaciones animadas, creando una atmósfera única que te hará querer volver una y otra vez.



Con tapas que sorprenden por su calidad a tan solo 1,6 €, podrás deleitarte con una variedad de sabores que deleitarán tu paladar sin vaciar tu bolsillo. Por solo 11 €, disfrutarás de un festín digno de los mejores banquetes, acompañado de refrescantes bebidas. Este bar, junto con el emblemático de Estrella Galicia, es un clásico que todo coruñés ha visitado al menos una vez. Ven y únete a la celebración de la auténtica gastronomía gallega en un lugar donde cada bocado es una fiesta.

Disfrutar de una experiencia gastronómica en un grupo grande es siempre un deleite, y en este lugar, cada bocado es una celebración. Con un menú cerrado a solo 30€ por persona, nos sorprendieron con platos abundantes y de calidad excepcional. Desde el primer instante, el trato del servicio fue cálido y acogedor, creando un ambiente ideal para disfrutar de la rica comida gallega. Las medias raciones, aunque más pequeñas, son perfectas para quienes desean explorar una variedad de sabores sin perderse en grandes porciones. Cada plato es una obra maestra que refleja la esencia de la tradición culinaria de Galicia.



Llegamos justo a tiempo y, gracias a la amabilidad del personal, nos ofrecieron una mesa que estaba reservada para más tarde. La atención fue impecable, y cada detalle de la comida, desde su presentación hasta su exquisito sabor, nos dejó impresionados. El vino, una joya en sí mismo, complementó a la perfección nuestra experiencia. Sin duda, la relación calidad-precio es inmejorable, y recomiendo encarecidamente reservar con antelación para no perderse esta oportunidad de disfrutar de una gastronomía que enamora.

En el corazón de la gastronomía local, el Bar A Roda se erige como un verdadero tesoro para quienes buscan una experiencia culinaria auténtica y casera. Ideal para grupos grandes, este acogedor establecimiento destaca por sus irresistibles croquetas y su exquisita tortilla, que conquistan a cada bocado. Con un personal amable y un servicio ágil, aquí se respira un ambiente familiar que invita a disfrutar de momentos inolvidables con amigos y seres queridos.



El Mesón, con su encanto clásico, ofrece generosas raciones que satisfacen hasta a los paladares más exigentes. Aunque el menú de fin de semana es una delicia, sería ideal que se consideraran algunas modificaciones, como la opción de merluza a la plancha. Cada visita, mi pareja y yo nos sentimos como en casa, disfrutando de la famosa media tortilla que es perfecta para compartir. A pesar de la ajetreada atmósfera y el bullicio, la calidad de la comida y la atención del personal garantizan que siempre volvamos por más.

Sumérgete en una experiencia culinaria inolvidable en este encantador restaurante, donde la amabilidad del personal brilla incluso en los días más concurridos. Por solo 13€, disfrutarás de un menú bien servido que combina rapidez y calidad, todo mientras te relajas en su acogedora terraza. Aunque la inclinación del lugar puede resultar un poco incómoda, la deliciosa comida compensa con creces cualquier inconveniente. La pluma, exquisitamente aderezada, es un verdadero deleite, mientras que la coliflor, aunque algo sosa, presenta una textura excepcional. Y no olvides el pan, una auténtica joya que complementa la experiencia.



Ubicado cerca de la emblemática Plaza Mayor, este restaurante te ofrece platos abundantes y sabrosos que satisfacen hasta al paladar más exigente. Desde los irresistibles secretos del bosque hasta las vieiras y la milanesa, cada bocado es una celebración de sabores. Sin embargo, ten en cuenta que el pan, aunque delicioso, se cobra por separado, incluso si decides no probarlo. Ven y déjate seducir por la magia de la gastronomía local en un ambiente acogedor que te hará querer regresar una y otra vez.

La experiencia en este restaurante es un reflejo de lo que no debería ser una salida gastronómica. A pesar de un servicio que se esfuerza por ser amable, los precios exorbitantes y la calidad de las tapas dejan mucho que desear. Cuatro chipirones mal cocinados por casi 20€ son un claro ejemplo de la falta de atención a los detalles. La tortilla "estilo Betanzos", más parecida a un bizcocho que a un clásico, y la ensaladilla decepcionante, sólo añaden a la frustración de una velada que prometía ser placentera.



Sin embargo, no todo está perdido. En contraste, TapaNegra se alza como un oasis de sabores y hospitalidad. La calidez de Toni, quien con su entusiasmo y recomendaciones nos guió a través de un menú delicioso, y la maestría del Chef Pablo transformaron nuestra cena en una experiencia memorable. Cada bocado era una explosión de sabor que nos dejó maravillados. Sin duda, un lugar que merece ser visitado y celebrado. ¡Larga vida a TapaNegra!

Descubre un rincón acogedor en el corazón del casco antiguo, donde la variedad de platos te invita a una experiencia culinaria inolvidable. Aquí, cada bocado refleja la esencia de la cocina casera, elaborada con esmero y pasión. A pesar de la afluencia de comensales, el personal se destaca por su amabilidad y atención, asegurando que cada visita sea memorable. La relación calidad-precio es simplemente excepcional, ¡un verdadero festín para los sentidos!



Imagina disfrutar de un delicioso menú de fin de semana en compañía de amigos, donde la elección se convierte en un deleite con más de diez opciones tanto de entrantes como de platos principales. Por solo 20 euros, puedes saborear una variedad que hará que tu paladar se rinda ante la calidad de cada preparación. Sin duda, este lugar se convierte en una parada obligatoria en tu próxima visita a La Coruña. ¡No te lo pierdas!

Sumérgete en una experiencia culinaria excepcional en un entorno vibrante como la Plaza de María Pita, donde la cocina a la brasa se convierte en el protagonista indiscutible. Aquí, cada plato cuenta una historia, desde las exquisitas zamburiñas hasta la jugosa lubina salvaje, todos elaborados con ingredientes frescos y de calidad. El ambiente es acogedor y elegante, ideal para disfrutar de una velada inolvidable. La carta, rica en variedad, ofrece una selección que deleitará tanto a los amantes de la carne como a los fanáticos del pescado, asegurando que cada bocado sea una celebración de sabores.



El servicio se distingue por su atención y rapidez, haciendo que cada visita sea aún más placentera. Un detalle encantador fue el café de cortesía, una tradición que revive el encanto de lo auténtico. Si bien el atún no cumplió del todo con las expectativas, el resto de la comida, como las navajas y la lubina, fueron verdaderas delicias que sorprenden al paladar. Sin duda, este lugar es una recomendación al 100% para aquellos que buscan disfrutar de alta cocina a la brasa en un ambiente inigualable.

La fideuá de rodaballo en ‘A Lagareta’ es una experiencia que desborda sabores; sin duda, uno de los platos más memorables que he tenido el placer de degustar este año. Cada bocado es una explosión de frescura y tradición, un verdadero homenaje a la gastronomía gallega que se merece más de cinco estrellas. Y no podemos olvidar el hojaldre con crema suave de queso, helado de membrillo y frutos rojos, una delicia que conquista a cualquier paladar. Este lugar es una joya escondida, donde cada plato cuenta una historia y cada ingrediente es seleccionado con esmero.



El ambiente acogedor y la música envolvente crean un espacio perfecto para disfrutar de una comida inolvidable. Ana, la camarera, brinda un trato excepcional, mientras que Marta deleita con sus creaciones culinarias. En ‘A Lagareta’, la pasión por la cocina se siente en cada rincón, haciéndonos sentir como en casa. Con recomendaciones de vinos y productos de proximidad, cada visita se transforma en una celebración de los sabores locales. ¡No te lo pierdas!

¡Increíble, los burritos son mis favoritos! Aunque éramos un poco inexpertas en el lugar, la encantadora camarera nos guió con sus recomendaciones y no pudo haber acertado más. Este restaurante se ha ganado un lugar en mi corazón, ocupando el Top 3 de mis experiencias culinarias. Los tacos de asado argentino y los chipirones con alioli de tomate fueron una explosión de sabores que no olvidaré. Además, cuentan con una amplia variedad de opciones vegetarianas y veganas, y la atención al cliente es excepcional. ¡Recomendado al 100%!



La experiencia fue tan buena que ya estamos planeando nuestra próxima visita. Optamos por el wok de pollo tandoori y los tacos, y no sabríamos decidir cuál era más delicioso. Nos quedamos con ganas de probar el Pad Thai y las albóndigas, así que la próxima vez que estemos en A Coruña, no dudaremos en regresar. Compartimos los rollitos de mejillones y los tallarines, y cada bocado fue un deleite. Sin duda, volvería una y otra vez.

En la encantadora plaza donde se encuentra El Cantocillo, la experiencia culinaria se convierte en un deleite para los sentidos. A pesar de la espera prolongada, la promesa de una comida típica gallega a buen precio hace que la visita merezca la pena. Las raciones, generosas y sabrosas, son un verdadero festín que refleja la rica tradición gastronómica de la región. El servicio, aunque algo lento en esta ocasión, es generalmente rápido y atento, asegurando que cada comensal se sienta bienvenido y atendido.



A pesar de la confusión con las reservas, la magia del lugar brilla en cada plato. El salpicón, un entrante que despierta el paladar, es solo una muestra del compromiso del restaurante con la calidad y la frescura de sus ingredientes. El Cantocillo es, sin duda, un rincón escondido en La Coruña que invita a disfrutar de una comida memorable en un ambiente tranquilo y acogedor. ¡No te lo pierdas!

La experiencia gastronómica en este restaurante tiene sus altibajos. Las tapas que probamos fueron una explosión de sabor a un precio muy atractivo, lo que nos dejó un buen sabor de boca. Sin embargo, la atención al cliente dejó mucho que desear, ya que el servicio fue lento y la actitud del personal no fue la más cordial. Aunque los platos eran generosos, la espera de casi una hora para ser atendidos fue frustrante y nos hizo cuestionar si volveríamos.



Por otro lado, la experiencia con el servicio a domicilio a través de Uber Eats resultó decepcionante. Las croquetas estaban aceptables, pero el pollo llegó en un estado poco apetitoso, con un sabor y color que no inspiraban confianza. Aunque entendemos que las horas pico pueden afectar la rapidez del servicio, la calidad de los alimentos es fundamental. En resumen, este lugar tiene potencial, pero necesita mejorar en varios aspectos para brindar una experiencia realmente memorable.

Descubre un encantador rincón que, aunque pequeño y alargado, es un verdadero tesoro para los amantes del buen café y las tapas. Con su acogedora terracita, resguardada de la lluvia, es el lugar ideal para disfrutar de un momento de relax, especialmente para los fumadores. La ubicación es inmejorable y el servicio, generalmente excelente, te hará sentir como en casa. Los cafés son una delicia, y la talentosa camarera sorprende a todos con sus impresionantes dibujos en los capuchinos, convirtiendo cada sorbo en una experiencia visual.



Sin embargo, la experiencia puede verse empañada por un servicio algo lento en ocasiones. Aunque el local no estaba lleno, la espera de más de 10 minutos por un simple café puede resultar frustrante. Además, un comentario inapropiado de la camarera sobre la presencia de un niño pequeño no debería formar parte del servicio. A pesar de estos inconvenientes, la calidad de las tapas y la calidez del ambiente hacen que este lugar merezca una visita. ¡No te lo pierdas!