Los mejores 10 croquetas de Indautxu

El trato excepcional que recibimos de Aritz y su equipo hizo que nuestra experiencia fuera inolvidable. Sorione, con su amabilidad y atención, nos hizo sentir como en casa. La comida, un verdadero deleite, refleja la calidad de su gente. Desde el primer bocado, supe que estábamos ante algo especial. Las sopas de ajo, un entrante de la casa, fueron simplemente brutales, y el rape que pedimos, bañado en una salsa exquisita, nos dejó sin palabras.



Cada plato es una obra maestra que resalta la pasión por la cocina. Pedimos 3 kg de carne y cada bocado fue una explosión de sabor que me dejó encantado. El servicio, siempre atento y amable, complementó la experiencia. Sin duda, este lugar es totalmente recomendable para quienes buscan disfrutar de una cena espectacular en un ambiente acogedor. ¡No te lo puedes perder!

Había leído maravillosos comentarios sobre este lugar, pero mi experiencia fue un tanto decepcionante. Solo probé un caldo y un pequeño trozo de tortilla que, aunque sabroso, no me dejó sin aliento. Lamentablemente, no tenían disponibles los platos que tanto elogiaban. Sin embargo, no todo fue negativo: el ambiente vibrante y la decoración dedicada al Athletic de Bilbao le dan un toque especial al lugar.



A pesar de la pequeña decepción con la tortilla, los pintxos son una delicia que no puedes dejar pasar. Las chicas en la barra son increíblemente amables, lo que hace que la visita sea aún más agradable. Aunque el precio de 6,40 € por un café, un pintxo y un Aquarius puede parecer elevado, la experiencia de disfrutar de la variedad de pinchos en un ambiente acogedor compensa el costo. Sin duda, un lugar recomendable si estás en la zona y buscas un buen bocado.

Descubrimos un verdadero tesoro en el corazón de Bilbao: La Gavilla. Entramos por casualidad, atraídos por la promesa de un buen vermú, y nos encontramos con Oscar, quien nos sorprendió con sus creaciones exquisitas. Cada sorbo de vermú fue una revelación, perfectamente maridado con un pintxo de tortilla de patatas picante que nos hizo vibrar. Desde el primer instante, el servicio fue excepcional, gracias a Cristina, cuya atención y recomendaciones nos guiaron en un viaje culinario inolvidable.



La Gavilla es un refugio acogedor donde la gastronomía innovadora brilla con luz propia. Su carta, aunque sencilla, es un festín que va creciendo en sabor y creatividad a medida que se degustan sus platos. Compartimos raciones generosas de ensaladilla, pulpo y steak tartar, cada uno una delicia que nos dejó deseando más. Aunque los precios son un poco elevados, la calidad y la experiencia lo justifican por completo. Sin duda, volveremos a explorar más delicias en este rincón gastronómico.

Imagina un rincón donde el queso se convierte en protagonista y cada bocado es una explosión de sabor. Este bar, único en su estilo, te invita a disfrutar de una variedad de pintxos que celebran la riqueza de los quesos locales, perfectos para llevar a casa o saborear en su acogedora terraza. Acompaña tus delicias con un vino de la tierra que realza cada matiz, creando una experiencia gastronómica inolvidable.



El ambiente vibrante y acogedor hace que cada visita sea especial, especialmente los fines de semana, cuando el lugar se llena de risas y conversaciones. La barra, repleta de innovadoras creaciones como el milhojas de queso Idiazabal, es un verdadero festín para los sentidos. Si eres un amante del queso, este es el destino que no puedes perderte. ¡Te aseguramos que querrás volver una y otra vez!

Cada vez que regreso a Bilbao, no puedo resistirme a visitar "mi tasca" favorita, un rincón encantador que me recibe con los brazos abiertos. En mi última visita, me deleité con un refrescante Aperol Spritz, acompañado de sus magníficas antxoa, que son simplemente irresistibles. Aunque la taberna es pequeña, su terraza exterior ofrece un respiro perfecto en días soleados. Durante el fin de semana, el lugar se llena de vida, creando un ambiente vibrante y acogedor que invita a disfrutar de cada bocado.



Los pintxos son una verdadera delicia, destacando especialmente las anchoas, boquerones y la tortilla, que son imprescindibles. El trato es cálido y familiar, lo que hace que cada visita sea aún más especial. Además, la carta de vinos es fascinante, con opciones que complementan a la perfección los sabores de la comida. En mi última visita, las gildas y los triangulitos nos conquistaron por completo. ¡No hay mejor manera de saborear Bilbao!

Es decepcionante que un lugar con tanto potencial se vea afectado por la actitud de una empleada que, en lugar de brindar una cálida bienvenida, opta por ser antipática y poco profesional. La experiencia de los clientes debería ser siempre una prioridad, y resulta inaceptable que se llame la atención a quienes solo buscan disfrutar de un momento agradable. La atención al cliente es clave para atraer y retener a los visitantes, y una sonrisa puede hacer maravillas.



A pesar de esta mala experiencia, el establecimiento ofrece una variedad de productos de calidad excepcional a precios muy competitivos. Las croquetas son simplemente irresistibles, ¡una delicia que no vale la pena intentar hacer en casa! Afortunadamente, el resto del personal se destaca por su amabilidad y profesionalismo, lo que hace que la visita sea mucho más placentera. Sin duda, un lugar que merece una segunda oportunidad.

Imagina una cena perfecta, ya sea en pareja, con amigos o para celebrar un cumpleaños en un ambiente acogedor y reservado. Aquí, cada bocado es una explosión de sabor; la chuleta es simplemente espectacular, un deleite para los sentidos. Las croquetas son cremosas y llenas de sabor, mientras que la ensaladilla rusa se convierte en un auténtico festín. El servicio es impecable, con un equipo que se preocupa por cada detalle, todo en un entorno impecablemente limpio.



Recientemente, disfruté de un menú del día que superó todas mis expectativas. Comenzamos con una cecina excepcional, seguida de esas croquetas irresistibles y una ensaladilla que se deshace en la boca. El plato fuerte, un rape preparado a la perfección, fue el broche de oro de una experiencia culinaria inolvidable. Si buscas un lugar donde cada comida sea una celebración, este es tu destino. ¡Totalmente recomendable!

Descubre un rincón ideal para disfrutar de un brunch inolvidable. Este acogedor establecimiento, con su decoración encantadora y ambiente vibrante, te invita a relajarte y disfrutar de una experiencia única. Aunque la gestión no permite reservas, lo que puede requerir un poco de paciencia en horas pico, la espera se ve recompensada por un entorno que invita a compartir momentos especiales. La carta, aunque podría mejorar en la calidad de algunos platos, ofrece opciones deliciosas como las tostas de salmón y los irresistibles zumos frescos que complementan a la perfección cualquier elección.



Imagina deleitarte con una tabla parisina para dos, que en realidad es un festín para cuatro. Aunque algunos dulces, como los gofres, pueden parecer un poco industriales, el sabor en general es satisfactorio. Los capuchinos son un verdadero deleite, y aunque las tostadas podrían ser más generosas, su sabor te dejará con ganas de más. Este lugar es, sin duda, un destino que no te querrás perder para un brunch que combina calidad y un ambiente encantador.

Lautxo se erige como el santuario de los amantes de la gastronomía vasca, donde las croquetas son las auténticas protagonistas. Este restaurante te invita a explorar un festín de croquetas caseras, cada una una obra maestra de cremosidad y sabor. Desde las clásicas de jamón y bacalao hasta innovaciones sorprendentes como las de idiazabal y verduras, cada bocado es una explosión de tradición y creatividad que deleitará tu paladar.



Sumérgete en el ambiente cálido y acogedor de Lautxo, un lugar donde cada rincón invita a relajarse y disfrutar. Aquí, la pasión por la buena comida se siente en el aire, convirtiendo cada visita en una experiencia memorable. Ven y descubre por qué Lautxo es el destino ideal para los que buscan un auténtico sabor del País Vasco.