Los 6 bocadillos de Goya

Disfruta de una experiencia culinaria auténtica en un bar que evoca la esencia de toda una vida. La oreja a la plancha es un deleite que te conquistará, mientras que los huevos rotos, aunque deliciosos, pueden resultar un poco pesados; te sugerimos pedir los torreznos por unidad para saborear su crujiente perfección. Este lugar es ideal para una previa antes de un concierto en el Wizink Center, donde la atmósfera vibrante y las cañas bien tiradas te envolverán.



Un clásico en Madrid que nunca pasa de moda, especialmente los fines de semana cuando el ambiente se llena de risas y buen rollo. Con precios muy accesibles, como dos cañas y un torrezno por solo 6.50€, es imposible resistirse. Los torreznos, recién hechos y crujientes, son un verdadero homenaje a su fama, y el mini pincho de tortilla que acompaña tu bebida es la guinda del pastel. ¡Ven y descubre por qué este bar es un tesoro en la ciudad!

Descubre La Casa del Abuelo GOYA, un rincón encantador donde cada bocado se convierte en una experiencia inolvidable. Su ambiente acogedor y el trato cálido del personal te harán sentir como en casa, mientras te deleitas con una variedad de bocadillos que son un verdadero festín para los sentidos. Cada plato está elaborado con ingredientes frescos y de primera, garantizando una explosión de sabor en cada mordisco.



No puedes dejar de probar el famoso bocadillo de jamón ibérico, una joya que resalta la calidad de sus productos. El pan, crujiente y dorado, complementa a la perfección la suculencia del jamón, creando una combinación que hará que tus papilas gustativas bailen de alegría. Ven y vive la magia de La Casa del Abuelo GOYA, donde cada bocadillo es una celebración del buen comer.

Después de una larga espera, la experiencia en Rodilla dejó mucho que desear. Pedí una focaccia con huevo Benedict, pero lo que llegó a mi mesa distaba de ser una delicia: ni la textura de una focaccia ni la esencia del clásico huevo Benedict. Aunque el servicio fue amable, la pretensión del lugar no logró compensar la decepción en el plato.



A pesar de ser un cliente habitual y disfrutar de sus deliciosos bocadillos en el pasado, mi última visita a Rodilla Goya fue desalentadora. Los servicios estaban descuidados y sucios, lo que afectó la percepción general del lugar. Es fundamental que mantengan altos estándares de limpieza y calidad, para que los fieles comensales sigamos disfrutando de su propuesta gastronómica sin reservas.

Imagina un lugar donde la energía vibrante se siente en cada rincón: eso es “100 montaditos”. Aunque las colas puedan parecer un caos, cada segundo de espera se transforma en una promesa de sabor y diversión. Con un ambiente animado, este bar te invita a disfrutar de una experiencia única, donde la comida se transporta por escaleras, creando una atmósfera de camaradería. La emoción de la multitud es contagiosa, y cada bocado es una celebración.



Aquí, la cerveza es asequible y las tapas, una delicia que despierta tus sentidos. El servicio es ágil y la calidad de la comida no decepciona. Ven y sumérgete en este festín de sabores y risas, donde cada visita se convierte en una memorable aventura gastronómica. ¡No te lo pierdas!

En nuestro último viaje, nos deleitamos con dos chapatas que no solo eran exquisitas, sino que también sorprendieron por su tamaño generoso. La combinación de Matías y saltapollo nos transportó a un festín de sabores que merece un 10/10. Sin duda, este lugar es una joya gastronómica que no puedes dejar pasar.



Este encantador barecito es un paraíso para los amantes de la buena comida, donde cada bocado es una celebración. Desde baguettes y montaditos hasta pizzas y perritos, la variedad es simplemente irresistible. Además, su opción de tapeo permite disfrutar de un festín compartido. Con un servicio atento y amigable, cada visita se convierte en una experiencia memorable. ¡No te lo pierdas!

El queso es simplemente exquisito, y aunque no he tenido la suerte de probar el jamón, anhelo que un príncipe azul me sorprenda con un regalo tan delicioso, ¡es un detalle mucho más apreciado que un ramo de flores! La empanada, por otro lado, es una verdadera joya culinaria: ¡una bomba de sabor que se convierte en la solución perfecta para comida y cena! Sin embargo, es lamentable que algunos lugares pierdan clientes por detalles que podrían mejorar. Ayer, por ejemplo, pagué 12,80 por un bocadillo de jamón ibérico que dejó mucho que desear; el pan estaba duro y el jamón seco.



Si buscas una experiencia realmente satisfactoria, no dudes en visitar Viandas de Salamanca en la Calle de Goya. Allí, el personal te recibirá con una sonrisa y una atención excepcional, mientras disfrutas de su jamón ibérico cortado al momento. Nos llamó la atención su vitrina llena de bocadillos irresistibles, y al probarlos, nos sumergimos en un festín de sabores artesanales que quedarán grabados en nuestra memoria. ¡Definitivamente volveremos por más!